www.jaon.es              Lluvia Artificial en Gran Canaria (Islas Canarias).    Actualizado Mayo 2021

... yo estuve allí pilotando el avión, dentro de aquellas nubes, sembrando nubes y haciendo llover.

"Con 300 kilos de sales éramos capaces de hacer llover, durante horas, en Gran Canaria"

La técnica y esta experiencia debe de ser considerada como específica para las condiciones meteorológicas y climáticas de la isla de Gran Canaria y para el entorno de las Islas Canarias.

Tal vez pudiera aplicarse en otras zonas de nuestro planeta, pero debería de ser precedida por un profundo estudio de la zona científico, meteorológico y orográfico.

Pero no olvide la conclusión principal: TODO consiste en manejar las ingentes cantidades de ENERGÍA del Ciclo del Agua con un catalizador: el avión.

SEMBRANDO NUBES        

Cuando empecé a volar sabía que los aviones se utilizaban para fumigar campos, pero nunca pensé que también sirvieran para sembrar nubes.

Lo de sembrar nubes es radicalmente distinto a "bombardearlas" con cohetes de Yoduro de plata.

La Lluvia Artificial es una gran desconocida, compleja y en muchas ocasiones difícil de evaluar, porque siempre hay que partir de un mínimo de condiciones meteorológicas y climáticas dentro de un entorno "natural" para la llegada de la lluvia.

La falta de lluvias regulares es consecuencia de haber alterado el Ciclo del Agua. La LLUVIA está perdiendo su regularidad a la vez que aumentan los efectos extremos del ciclo del agua y si rompemos la regularidad de la LLUVIA nos quedamos con los extremos del ciclo: SEQUÍAS E INUNDACIONES."

         Como anécdota de esos extremos del ciclo del agua, recuerdo que en Sevilla, un poco antes de la Expo de 1.992, hubo que sacar los "santos" a la calle para que lloviera, y solo unos pocos meses después, tuvimos la ocasión de contemplar una portada del ABC muy especial, en la que, a toda página, salía una señora arrodillada y con el agua hasta la cintura arrodillada que, con los brazos en cruz, decía: "sacamos los santos a la calle para que lloviera y ahora los vamos a sacar pero para que se vayan corriente abajo y deje de llover". En aquella época hubo niños en Andalucía con tres o cuatro años de edad que no habían visto todavía llover.

Nuestra experiencia:

LLUVIA ARTIFICIAL EN LA ISLA DE GRAN CANARIA

Al fondo de la imagen observamos cómo los casi 2.000 metros de la isla de Gran Canaria rompen la nubosidad de los Alisios. Las Islas Canarias vistas desde Google Earth. Tenerife con cerca de 4.000 metros
La Isla de Tenerife y la nubosidad de los Alisios. El Teide, asomando sobre la "panza de burra". La Graciosa, Lanzarote, Fuerteventura y los alisios.

         Esta aventura apasionante tuvo lugar en la Isla de Gran Canaria. Compartíamos las operaciones, contactos y estudios entre la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria y el Aeropuerto de Gando. Yo estuve allí durante los años 1984 y 1985. Fue uno de mis primeros trabajos como piloto.

El avión, un Islander BN-2A matriculado como: EC-CKL y con el emblema de la V promoción de la E.N.A. (Escuela Nacional de Aeronáutica).

 Calentando motores.

Listo para salir de misión.

Los pilotos en aquellas campañas a partir de 1984 fuimos Juan Antonio O.N. y posteriormente Victoriano M.C.

El presupuesto de esa aventura procedía de las contrapartidas de los "americanos" por el uso de las bases en la Península.

Pero ese dinero se terminó, o bien se decidió utilizar con otro objetivo.

Fue una pena porque llovía. Habríamos adquirido una experiencia que hoy serviría para unas lluvias regulares sobre la isla.

         En aquellos años, en la Isla de Gran Canaria, formábamos un equipo muy variado compuesto por muy diversos técnicos y especialistas. Fuimos un equipo humano de unos 10 trabajadores, apoyados técnicamente por un radar meteorológico al Norte de la Isla y por la Oficina Meteorológica del Aeropuerto de Gando.

Todos nosotros fuimos dirigidos por un científico americano de origen alemán, Albert Schnell a quien en su juventud le apasionaba juguetear y meterse en grandes cúmulos de los que descendía en paracaídas o bien como trabajo científico o forzado por distintas emergencias, porque esos grandes cúmulos, destrozaban sus aviones. Los aviones que Albert Schnell empleaba en sus correrías, según me contó durantes las largas horas que estábamos dando vueltas en el interior de las nubes canarias, eran pequeños veleros de vuelo sin motor que subían absorbidos por las fuertes corrientes de viento del interior de esas grandes nubes.

Repostando nuestro avión.

 ISLANDER BN2A.

En primer plano el SETA600 - GC62575 - del equipo de lluvias.

          No pretendo convencer a nadie, sólo voy a contar mi experiencia, que dicho sea de paso, fue muy -MUY- interesante. Después de mis estudios en Salamanca, con Manuel Ledesma como profesor, este trabajo fue un master en Meteorología.

          Aprendamos algo sobre la LLUVIA ARTIFICIAL:

Existen dos métodos para hacer llover, el más conocido es el de bombardear grandes cúmulos con yoduro de plata. El yoduro de plata es una sustancia altamente insoluble en el agua y con una estructura similar al hielo que, convenientemente explosionada en el interior de la nube, proporciona un gran número de núcleos de condensación que "atrapan" las gotitas de agua y las precipitan al suelo. El bombardeo de cúmulos con yoduro de plata es también muy efectivo contra las granizadas, ya que evitan que las bolitas de granizo sigan engordando, al incorporar millones de núcleos de condensación más. Muchas veces lo que puede ocurrir es que el yoduro de plata haga que la nube se haga inmensa y pase sin ni siquiera llover.

          El otro método, nuestro método, fue el que aplicó el Doctor Albert Schnell como específico para la Isla de Gran Canarias. Fue especialmente concebido y diseñado para la isla de Gran Canaria.

Para comprenderlo hay que explicar dos o tres conceptos importantes de las especiales condiciones climáticas que envuelve a las Islas Canarias.

          Sobre las Islas Canarias hay una manta de vientos, conocidos como ALISIOS que cortan el desarrollo de cualquier nube que se aventure a intentar desarrollarse verticalmente a través de ellos. Esa manta de vientos es la que también forman la "niebla" en el aeropuerto de Tenerife Norte. Solo aquellas islas que tienen grandes montañas pueden agujerear esos vientos, romper esa inversión de temperatura y permitir la entrada de humedad y energía desde el Atlántico hasta las capas altas de la atmósfera. Así llueve. Las islas afortunadas con la orografía son las de la provincia de Tenerife.

Observe con detalle esta fotografía, porque cuesta trabajo verlo. Justo tras la pata trasera izquierda de este avión aparece una doble pértiga con los micro pulverizadores.

Dentro, el avión, llevábamos un tanque de 500 litros donde se almacenaba el agua muy caliente y súper salada. Un motor diésel era el encargado de generar la presión necesaria para su pulverización y un operario, convenientemente atado, era el encargado de hacerlo funcionar.

    ¿Qué había que hacer en Gran Canaria?, pues aprovechando la rampa de lanzamiento de los casi 2.000 metros de sus montañas, lanzar contra ellas potentes nubes para que al estrellarse contra ellas pudieran agujerear la inversión de los alisios y abrir la puerta de la lluvia en las capas altas de la atmósfera permitiendo la entrada de humedad y energía del Atlántico.

Volando hacia "nuestra" nube.

 

 Despegando de Gran Canaria con rumbo norte y a punto de sobre volar la ciudad de Las Palmas.

     Desde que comenzábamos el trabajo en una nube hasta que ella alcanzaba la potencia necesaria para poder crecer, pasaban unas dos horas. Era el tiempo que tardábamos en pulverizar todo el líquido. El radar del Norte de la Isla nos indicaba la posición de la nube más idónea y el que hacia su seguimiento. Era una labor complicada porque era imprescindible elegir una nube que llegara a la Isla, que no se fuera a desviar ni a su derecha ni a su izquierda y que no perdiera la energía antes de impactar en la isla o después de sobrevolarla.

Nada más entrar en la nube comenzaba nuestro trabajo.

 

 

Sobrevolando Las Palmas.

Años 1984/85

         Esas sales hacían todo el trabajo. Ellas captaban el vapor de agua de la nube y lo convertían en gotitas de agua cada vez mayor.

        Por experiencia sabemos que para conseguir que el agua líquida se evapore hay que calentarla, es decir, hay que darle calor, pues bien en la nube nosotros provocábamos el fenómeno inverso, ya que al pasar el vapor de agua a líquido se libera una importante cantidad de calor que era el necesario para que la nube fuera creciendo y creciendo, para que fuera aumentando su energía...para acabar llegando a Gran Canaria donde las montañas, ayudada por ciertas condiciones favorables meteorológicas, hacían el resto y aparecía la lluvia.

          Mi amigo científico y profesor Albert Schnell se empeñaba en demostrarme a cada instante cómo la nube que tratábamos era la única de su entorno que crecía porque aumentaba su energía al aumentar el tamaño de sus gotas de agua.

De vez en cuando volábamos hasta otra nube cercana para comparar el tamaño de sus gotitas de agua con el de nuestra nube. El resultado era sorprendente porque el tamaño de las gotitas de agua de las nubes cercanas permanecía constante. No variaba. Solo aumentaba el de la nuestra.

         Teníamos un sencillo instrumento para medir el tamaño de las gotitas de agua de las nubes. Era un Tubo Venturi con un hilo metálico en su interior por el que hacíamos circular una corriente eléctrica. Contra mayor era el tamaño de las gotitas de agua más se enfriaba el hilo del venturi, lo que provocaba la indicación en el correspondiente instrumento. Su escala graduada hacía el resto.

(Un Tubo Venturi no es más que un tubo cilíndrico donde se colocaba el hilo del sensor eléctrico).

         Después de varias experiencias observé que aquello funcionaba. Ocurría siempre lo mismo cuando tratábamos una nube.

Por si fuera poco, después de tanto dar vueltas y vueltas dentro de las nubes ocurría que tenía que esperar al volver al aeropuerto para poder aterrizar porque habían empeorado las condiciones meteorológicas de la zona con los vientos, poca visibilidad y lluvia.

 Terminaba pensando: "soy el único piloto gili... del mundo que despega para trabajar y para fastidiarse la aproximación y aterrizaje"

Tormenta que organizamos el martes de Carnaval del año 1985

Incluso provocamos que nevara en las cumbres.

Tormenta que organizamos el martes de Carnaval del año 1985

Esta fotografía precedió a la anterior y fue el comienzo de la "Tormenta".

         Un día hicimos tan bien nuestro trabajo que, como puedes ver en las fotos, el aeropuerto de Gran Canaria operó durante más de una hora sólo en condiciones de vuelo instrumental. Nosotros tuvimos que esperar al norte de la Isla a que mejorara. Incluso nevó.

        Durante esos meses de trabajo ocurrió algo extraño porque el Gobierno de las islas nos contrató para hacer llover y hubo ciudadanos que nos denunciaron por ¡¡¡¡ provocar inundaciones !!!!. Fue una gran experiencia bonita y no comprendo cómo no se mantiene todavía hoy esa misión de lluvia artificial en la isla de Gran Canaria.

Después del vuelo, y de dejar listo el avión para una nueva misión, nos tocaba un merecido descanso.

La siguiente nube nos estaba esperando.

 

Nos obsesiona el Reciclaje de plásticos, envases, papel, neumáticos y de cualquier cosa que se pueda considerar como bien de consumo; sin embargo, intervenimos en el reciclaje del elemento de la Naturaleza más importante que es el Ciclo del Agua, el Ciclo de la Vida con esa terrible manía de evitar que el agua de lluvia "se desperdicie" en el Mar"

NO TENEMOS REMEDIO.

Juan A Ortega. 

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Otros problemas relacionados con el AGUA:

CAMBIO CLIMÁTICO

http://www.jaon.es/cambioclimatico/cambioclimatico.htm

RÍO GUADALQUIVIR. "NI ES RÍO NI ES NÁ"

http://www.jaon.es/rioguadalquivir/guadalquivir.htm

RÍO GUADIANA: LAS TABLAS DE DAIMIEL ARDEN Y EL RÍO SE QUEMA

http://www.jaon.es/tablasdaimiel/index.htm